
No son todos los que están
considerados como tales . Me explico, los que incurren en la apostasía, en el “delito”
de renegar de la religión con la que nacieron, no solo lo hacen porque dejen de
ser de esa fe, que también los hay ,sino porque consideran que los dirigentes
actuales de esa religión en concreto ,
que ellos piensan seguir profesando , no
cumplen en el nivel mínimo todas sus expectativas. Así mismo , tampoco podemos considerar apóstatas a todos
aquellos que no son católicos ,porque cualquier persona fiel a los dictámenes
de su religión no sería apóstata mas que si renegara de lo que le es propio ,no
de aquello que le es impuesto.
Ejemplos; nuestro país con el
decreto de expulsión de judíos, reconvirtiéndolos en cristianos a golpe de destierro
y persecución ,pues bien sería apóstata , no aquel judío que a escondidas siguiera
practicando los ritos con los que nació y por los que sería acusado por la
inquisición de un delito llamado critojudaismo ,si la memoria no me falla ,y
llevado ante las infamantes llamas de lo eterno, sino aquel cristiano viejo que
harto de las intransigencias de la iglesia católica se pasara al bando liberal
y aperturista de los iluministas, erasmistas y otras corrientes protestantes , provenientes
de fronteras arriba de nuestro país , que
eran tan temidas y odiadas por la cúpula , que llevaban con el mismo peaje , hasta las vejatorias llamas , justo al lado del judío que no apostataba de
su propia religión.
La apostasía se ha puesto de moda
en unos tiempos en los que la gente dice no creer en casi nada ,ni siquiera en
ellos mismos, en los que el nacer y que te impongan unas creencias ya no va con
todos, porque se pide mas a la vida, queremos todo y no sabemos que los deseos
cuestan ,y nos los cobran caros.
Entrar a formar parte de la iglesia
es fácil ,tal vez demasiado, porque todo club que se precie y cuanto mas valor
añadido tenga en sus contenidos ,mas difíciles de sortear son las pruebas para
el ingreso , y en cambio , la iglesia católica ,el club de los clubes , con integrantes tan famosos y dignos de
mención que ni me atrevo a señalar , simplemente
te echa unas gotitas de agua bendecida por encima de la cabeza y...¡ zas! ya estás
dentro ,aunque solo seas un lloroso babón , que en el futuro puedes convertirte en el más
buscado terrorista o el pederasta más cruel, y querer seguir formando parte de
ese club , al que tanto daño llegarías a
hacer con tu mala fama.
Por eso no entiendo , porque la iglesia se niega a dejar escapar a
todos aquellos que apostatan y porque es necesario tantos papeles para
realizarlo, que les aseguro que es mucho lo que hay que preparar para dejar un
club en el que ,todos deberían querer entrar.
Menos aún puedo entender que quieran
a esas personas que no desean estar en su club y que a la fuerza los retengan
por medio de recursos de alzada en los tribunales , cuando los apostatas a la fuga ganan las
sentencias , para dejar de ser censados
como católicos en las parroquias en las que les regalaron las aguas de la fe.
Las creencias deberían ser algo
precioso y digno de llevar como una bandera o un símbolo de lo que somos
nosotros mismos , deberían ser algo que quisiéramos mostrar a los demás como
propio de nuestra esencia y que nos identificara sin ninguna duda igual
que nuestro olor corporal, nuestra talla
o el color del cabello , pero si empezásemos a teñirnos , porque estuviéramos hartos de canas, si dejásemos
de vernos bien con aquella talla que antaño usábamos , si nuestra forma de ir por la vida cambiase
radicalmente, o si simplemente dejamos
de creer en aquello que una vez nos pareció bien , al igual que si dejásemos de
amar a alguien , nadie nos debería impedirnos dar media vuelta y tomar otro
camino, menos todavía alguien con tanta importancia como la iglesia católica.
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