jueves, 8 de noviembre de 2012

A MI LA LEGIÓN


No sé si les habrá llegado el run run del legionario que se cruzó a nado el estrecho, el domingo de madrugada, para llegar –con bien-a su cuartel, el lunes por la mañana, saltándose –en el intento-fronteras, y nadando , con neopreno, gafas acuáticas y tubo , mares inhóspitos y negros.                                                                                                               La gente, que ya sabe que se toman a chufla casi todo,  a esto le han sacado punta a tope, porque no está de más decir que la cosa se las trae, esperpéntico y absurdo hecho, protagonizado por un legionario, en país extranjero , llámese Marruecos, con nada buenas relaciones con España y máxime rescatado, por la guardia civil y con el disfraz de neopreno.                                                                                                                     Ya les he dicho que los comentarios han dado para mucho…que si con dos eslabones(ya me entienden, refiriéndose al ardor guerrero del muchacho nadador), que si viva la legión, que si podía llevar algo más que los buenos propósitos a cuestas(esto para los mal pensados), que si a ver dónde había perdió el pasaporte o con qué fines(los legalistas y razonadores)…Como les dije, hay para todo, que ya saben , que, en este bendito mundo, en la variedad está el buen gusto y como el libro de las opiniones está en blanco, pues cada uno piensa, lo que le da la gana.                                                  Cuando lo supe, me dio por la risa, por la cara de los guardias civiles , al encontrarse con el del traje de neopreno y presentarse como español , con extravío de pasaporte , necesitado de cruzar la frontera con Marruecos y obligado a echarse- a la mar bravía- para entrar en nuestra gloriosa tierra, tan necesitada de héroes de película de  Buñuel , en los tiempos que corren.                                                                                                            Seré de los recelosos, pero no me cuadran los datos y la incredulidad me pica la nariz , porque no le encuentro sentido , seguro que porque el ardor guerrero me queda lejos y soy más dada al ardor de caminar, los pasos lentos , que da, cada mañana, que me lo encuentro, mi vecino con síndrome de Down, antes de coger un autobús azul, con el logotipo de AFANAS. Hay que ser muy fuerte para apañarte con cuatrocientos euros , madre soltera de tres hijos, de distinto padre y fregar para otros y barrer y tender la ropa de  la lavadora y llegar a tu casa y poner buena cara a tus hijos, discutir las notas con los profesores y aún sacar pecho y cabeza, para seguir adelante. Hay que ser muy persona para darte a los demás , antes que a ti mismo, cuidando ancianos o recogiendo ropa o comida, miles de benditos voluntarios, que ven en las jubilaciones, no  jocosos premios de vacaciones o vegetaciones, ante el televisor, sino una forma de ayudar a los demás, ayudándose a sí mismos, alejando la vejez y la inutilidad, la depresión o la angustia. El legionario nadador, puede que sea noticia, porque los que a mí me importan, cruzan los estrechos de la vida , en silencio y sin aspavientos, sin que la guardia civil venga a rescatarlos , ni a perdonarles la vida, solo siguiendo , cabeza firme y dientes apretados, persistiendo y empeñados en llegar.

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