viernes, 4 de noviembre de 2011

AFLIGIDO



El interés turístico en Tordesillas está en precario, como Zamorano , el parado que ha lanceado al toro, ganando el dudoso honor de ser el primero.

En esta piel de toro nuestra , hecha jirones a base de pelearnos , la barbarie está de modo porque mete más morbo- podríamos decir mierda y quedarnos tan tranquilos- en nuestras patéticas vidas. “¡Qué nos dejen vivir lo nuestro!”- dicen a voz en grito los vecinos mientras un toro, ya ven qué noticia , muere lanceado, correteado y acosado por 40.000 almas pútridas , que solo ven carne y músculos y fiesta enlatada en dar agonía y perpetuo tormento, a alguien que nació para paisajar campos, con negrura y altivez.

Zamorano secará el rabo de Afligido en sal y lo conservará como trofeo , porque en su vida solo habrá ese toro y su muerte, acribillado a lanzazos, ¡pegote de cristianos que después van a misa y no recuerdan que a su señor de a pie, lo mató, también un plebeyo romano, metiéndole una lanza cargada de odio , en el costado!. ¿Pero cómo vamos a comparar uno y otro?, sin embargo, fíjense en las coincidencias, que los dos se dedicaban a los suyo, Afligido, a pastar en la dehesa y Jesús, a recabar adeptos con la palabra y los hechos, y los dos fueron condenados a los bárbaros de la tierra , gracias a la incomprensión, las circunstancias políticas y la dejadez de muchos , que miran para otro lado. Los activistas han roto una lanza para que el toro deje de morir entre actos vandálicos y que nos deshonran a todos y se una a patos que ya no vuelan para morir en la cazuela , después de ser torturados, cabras que ya no son lanzadas por balcones y toros que se persignan , sin pisar la plaza. Han roto una lanza, para que se acabe una de las torturas, que los de las dos patas no quieren que veamos en las noticias, han roto una lanza para demostrarnos lo muy bestias que somos, todos, que comemos carne y carne , sin importarnos de quién sea, que lo mismo si fuera del vecino y nos enterásemos, la comíamos con más gusto , diciéndonos “..que para eso sacó su hijo más nota en selectividad que el mío o él le puede pagar una privada”. Que somos miseria, no hace falta que me lo digan los activistas, porque lo tengo muy asumido, sobre todo en mi misma, que siento la agonía del toro , porque amo esa figura rampante en los allanaderos, que van desde Algeciras a Jerez y que pueblan con negruras y marroneces los campos, tranquilos, como señores feudales, que no se dan cuenta de que su tiempo ha pasado y que el nuestro, también, pero que nos resistimos y mordemos y lanceamos y hacemos lo que sea , para mantenernos a dos patas y que sea otro , el que muera. Para asumir, en suma, que somos miseria , no hace falta más que me mire al espejo y reconozca que me gusta la carne de toro y que no pregunto si viene de la plaza o de Tordesillas, lo más ruego porque le hayan dado muerte digna , que para eso deberían estar los profesionales, en mataderos y hospitales, para no morir con agonía, después de haber luchado como un dios, en la arena.

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